Corrido al General Felipe Ángeles

El corrido de Felipe Ángeles es una canción que honra la memoria del General Felipe Ángeles, quien fue un militar mexicano que participó en la Revolución Mexicana.

No se puede dejar de lado la enorme influencia que tuvo en Francisco Villa el General Felipe Ángeles Ramírez.

Militar de carrera, artillero de la División del Norte, estratega militar y consejero de Villa. Participó en las batallas de Torreón, San Pedro de las Colonias, Paredón y Zacatecas.

Felipe Ángeles era el lado opuesto de la moneda de Rodolfo Fierro, educado, de altos ideales, prefería la vía diplomática a la fuerza en la resolución de los conflictos. Murió fusilado en Chihuahua el 26 de noviembre de 1919.

General Felipe Ángeles
General Felipe Ángeles

Letra del corrido de Felipe Ángeles.

En mil novecientos veinte
señores tengan presente
fusilaron en Chihuahua
a un general muy valiente.

De artillero comenzó
su carrera militar
En poco tiempo llegó
a ser un gran general.

En la estación de la Mora
le tocó la mala suerte
lo agarraron prisionero
lo sentenciaron a muerte.

Ángeles era muy hombre
Tenía un valor verdadero
mejor deseaba la muerte
que encontrarse prisionero

El gobierno americano
y la viuda de Madero
pedían perdón y clemencia
al valiente prisionero.

Ángeles mandó un escrito
al Congreso de la Unión
Si he de ser yo fusilado
me encuentro en disposición.

Ya el reloj marca la hora
que llega la ejecución
preparen muy bien sus armas
y apúntenme al corazón.

Apúntenle al corazón
no me demuestren tristeza
que a los hombres como yo
no se les da en la cabeza.

Ya con esta me despido,
Quedó en la historia grabado,
Y así terminó la vida,
de un general afamado.

Con ustedes, este corrido interpretado por Los Alegres de Terán, que tiene ese aire de nostalgia con el que se cantan estos corridos.

Otra versión

Curiosamente me encontré otra versión de este mismo corrido, más completa y rebuscada. Suele pasar que con el tiempo aparezcan versiones simplificadas, más producto de una adaptación al trasmitirse oralmente mas que por otra causa, pero generalmente mantienen su esencia y cumplen con el cometido de recordar a las personas.

En mil novecientos veinte, señores, tengan presente
fusilaron en Chihuahua un general muy valiente.

En la estación de “La Aurora”, el valiente general
con veinte hombres que traía se les paraba formal.

Allí perdió diez dragones de los veinte que traía
y con el resto se fue por toda la serranía.

La avanzada fue aprendida por el viejo Sandoval
y de allí fue conducida donde estaba el general.

En el cerro de “La Mora” le toco la mala suerte,
lo tomaron prisionero, lo sentenciaron a muerte.

Ángeles mandó un escrito al Congreso de la Unión,
a ver si de la Alta Cámara alcanzaba salvación.

Pero no le permitieron por ser un reo militar,
y dijo a sus compañeros: - Ya me van a fusilar.

Cantaba La golondrina cuando estaba prisionero,
se acordaba de sus tiempos, de cuando él era artillero.

De artillero comenzó su carrera militar,
dentro de poquito tiempo, llegó a ser un general.

El reloj marca sus horas, se llega la ejecución:
Preparen muy bien sus armas y tírenme al corazón.

“Yo no soy de los cobardes que le temen a la muerte,
la muerte no mata a nadie, la matadora es la suerte.”

“Yo no soy de los cobardes que manifiestan tristeza,
a los hombres como yo no se les da en la cabeza.”

Ya con ésta me despido por las hojas de un nogal,
fusilaron en Chihuahua un valiente general.

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