En este artículo exploramos la leyenda del tesoro escondido de Pancho Villa, el revolucionario mexicano que se convirtió en una figura icónica de la historia de su país. ¿Existe realmente este tesoro? ¿Dónde podría estar escondido? ¿Qué secretos esconde?
Dentro de las leyendas que se entretejen alrededor de la figura del caudillo revolucionario existe una que es muy común en los lugares que visitó el general, me refiero a la del tesoro escondido de Francisco Villa.
Afortunadamente esta leyenda no esta del todo infundada, es sabido que Pancho Villa ocultaba armas y dinero en los lugares más recónditos de los estados de Chihuahua, Coahuila y Durango.
El propósito era muy simple, ante cualquier contratiempo, siempre podía recurrir a alguno de sus “guardaditos” para reabastecerse y continuar con la batalla. Decían que por su profundo conocimiento del territorio era de los pocos que podía dar nuevamente en el lugar donde se escondían el dinero, las armas y el parque.
Pero curiosamente el grueso de los tesoros que se dan durante esta época no provienen directamente de Villa, en un fenómeno simultáneo, es la Revolución la que los provoca.
Esconde lo que no te puedas llevar.
Las familias adineradas huyendo de los saqueos realizados por los revolucionarios escondían sus pertenencias de mayor valor en los sitios más insospechados, enterrados, en el fondo de pozos de agua, letrinas, en los muros las haciendas, sótanos, pasadizos subterráneos, barrancas, cuevas, etc.
Todo dependía de la imaginación del hacendado y de que tanto podía cargar, porque generalmente estos ocultamientos los realizaban en persona o acompañado solamente por los familiares más cercanos o de mayor confianza, por el miedo a que si alguien los acompañara, la codicia les ganara y terminarán más pobres que sus peones.
Por lo tanto lo más fácil de transportar eran monedas, plata, por supuesto oro y joyería, viajar con cantidades importantes era prácticamente una sentencia de muerte por la inseguridad que prevalecía en los caminos.
Algunos dueños de estos tesoros murieron, otros no regresaron y los tesoros quedaron a la deriva o en el olvido. Se dice que las personas que de repente mostraban una inesperada prosperidad económica era porque habían encontrado un “entierro”. Aunque si alguien encontró algún tesoro lo más prudente sería no divulgarlo.
En muchas de las historias que se cuentan el tesoro es protegido por un ser sobrenatural, puede ser por un jinete fantasma, el espíritu de algún soldado revolucionario o el alma en pena de una persona que movido por la avaricia cometió actos atroces antes de poder disfrutar del dinero encontrado. Estos entes se encargan de asustar a aquellos que se atreven a buscar el cofrecito lleno de monedas de oro.
Es por eso que la mayoría de los tesoros que se originaron durante la revolución forman parte de una serie de leyendas regionales y forman parte nuestro folclore mexicano.
Todos hemos escuchado a alguien hablar sobre aquel tesoro oculto en un paraje lejano ¿Se animaría a buscarlo?
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